lunes, 24 de octubre de 2011

UN POCO DE AUTOCOMPASIÓN

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Por qué, si podemos ser amables y comprensivos con los demás, nos cuesta darnos una palmadita en la espalda a nosotros mismos?
El conflicto puede estar asociado a la autoexigencia. Culturalmente, incluso, pesa sobre nosotros la demanda de superación, la exigencia de no ser débiles. 



Si podemos aceptarnos como personas imperfectas entonces llegaremos a tenernos mayor tolerancia. Es un gran paso, también, al autoconocimiento. Reconocer nuestras virtudes y defectos. Saber que hay cosas para las que somos buenos y otras que no se nos dan tan bien; por lo tanto, será lógico que nuestros resultados no sean siempre de nivel de excelencia.
Estudios demuestran que las personas autocompasivas, tienen una menor propensión a la depresión y la ansiedad. Esto se traduce en personas más felices y optimistas. Más contentos consigo mismos. Así como queremos a los demás con sus virtudes y defectos, podemos querernos a nosotros. Darnos la oportunidad. Confiar.
Desde ya que no se trata de no tener fuerza de voluntad o de justificarnos todo. Como siempre, los extremos no son buenos. Hay que intentar encontrar la dosis justa de autocrítica y tolerancia.







La fresa salvaje

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Un monje caminaba a través de la selva y súbitamente, ante él, apareció un feroz tigre que rugía y le cerraba el paso. Corrió todo lo que pudo, pero llegó al borde de un acantilado. Mientras decidía qué iba a hacer, el monje volvió la mirada a la ladera que tenía a su lado.

Sus ojos se fijaron en una pequeña planta que había conseguido arraigar en una grieta. A su espalda, la pendiente se convertía en un abismo inmenso. Desesperado por salvarse, bajó por la planta y quedó colgando sobre el fatal precipicio.

Mientras estaba allí colgado, dos ratones aparecieron por un agujero del acantilado y empezaron a roer el tallo. De pronto, el monje vio que de la planta colgaba una perfecta fresa salvaje, roja y madura, que resplandecía con el rocío. El monje extendió la mano, arrancó la diminuta fruta, la saboreó con la lengua y cerró los ojos extasiado.

¡Era la más deliciosa que había probado en su vida!


Saborea cada momento. Trata de encontrar un toque de felicidad en los acontecimientos cotidianos y trata de prestar atención a las fresas salvajes, sin importar la forma en que se presenten.









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Prejuzgo, luego soy idiota

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El prejuicio es un arma de destrucción empleada por personas cuya mente esta vacía de conocimiento y repleta de estupidez.


A diario muchas personas realizan varias veces un acto injusto de forma inconsciente: prejuzgar. No es más que teniendo escasos o ningún dato acerca de una situación establecer un juicio. Por ejemplo, juzgar a una persona sólo por su apariencia, por su raza, por su país o ciudad de origen, etc.
A continuación extraigo una definición de prejuicio, en mi opinión muy acertada, del libro “La Inteligencia Fracasada” de José Antonio Marina.


El prejuicio. Como explicó Gordon Allport, tener un prejuicio es “estar absolutamente seguro de una cosa que no se sabe”Se caracteriza por seleccionar la información de tal manera que el sujeto sólo percibe aquellos datos que corroboran su prejuicio. Un racista sólo recordará del periódico la noticia de un asesinato cometido por un negro, pero olvidará los cometidos por blancos. De esa manera se ha inmunizado contra toda posible crítica. La palabra prejuicio significa al pie de la letra “juzgar anticipadamente un hecho”, es decir, antes de que haya sucedido o antes de conocer realmente lo sucedido. Estos juicios previos se dan en todos los sectores sociales, incluso en aquellos que por vocación y profesión deberían estar exentos. Hace años, dos psicólogos Peters y Ceci, hicieron un escandaloso experimento. Seleccionaron doce artículos publicados en doce famosas revistas de psicología, escritos por miembros de los diez departamentos de psicología más prestigiosos de Estados Unidos. Cambiaron los nombres de los autores por otros inventados, los situaron en universidades imaginarias, como Centro de los Tres Valles para el Potencial Humano, y cosas así, y mandaron los articulo a las mismas revistas que los habían publicado. Sólo tres reconocieron los textos. lo peor es que ocho de los nueve articulo restantes fueron rechazados por las mismas revistas que los habían publicado antes. Los asesores y los editores que los leyeron afirmaron que el articulo no reunía méritos para su publicación (Peters, D.R., y Ceci S.J.) “Peer-review practices of learned journals: the fate of published articles submitted again”. Beharioral and Braid Science, 5, 1982). Esto demuestra que la procedencia del trabajo, la universidad a que pertenecen los investigadores, determina su evaluación, como saben muy bien muchas universidades no anglófonas.

Juzgar no siempre es necesario, prejuzgar jamás lo es. Tú decides.

Prejuzgo, luego soy idiota

por C.S. "Cean" , 15 septiembre 2005

noeresmas.com


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CREO...








"Creo en el sol aún cuando no esté brillando,

Creo en el amor aún cuando no se manifieste,

Creo en Dios aún cuando Dios esté callado"






La felicidad (en 4 minutos) :: Compartir momentos

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La felicidad puede ser algo tan intangible como las nubes que corren libres por el cielo si sabemos como contemplarlas y aprendemos a viajar con ellas.




Jamás desesperes, aún estando en las mas sombrías aflicciones, 
pues de las nubes negras cae agua limpia y fecundante
 (Miguel de Unamuno)




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Las dificultades de la vida

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Existen 2 clases de personas:


1) Las que buscan día a día desarrollarse personalmente(mejorar su actitud, tener un día provechoso y productivo, disfrutar de la vida, ayudar a los demás y cuidar su salud mental y física).

2) Las que se levantan cada día sin ningún tipo de aspiración, simplemente se dejan llevar y arrastrar por sus emociones más mezquinas, son egoístas y se dejan arrastrar por hábitos nocivos.

La vida está llena de obstáculos, todos hemos tenido alguna mala experiencia o hemos sido testigos de la dureza de la vida. Sin embargo, la clase de personas que buscan el desarrollo personal, plantan cara a cualquier dificultad en la vida.

Puede que reciban más golpes que aquellos que se quedan escondidos con miedo a no plantarle cara a la vida. No obstante, la determinación y la fortaleza mental es el mejor valor de aquellas personas que buscan el camino de la superación personal.

Son personas que no se rinden por muy cuesta arriba que se ponga la vida.

Sin embargo, llega un día en el que las dificultades ya no les afectan y es entonces cuando se produce un florecimiento de la persona. Son, precisamente, las dificultades de la vida las que les han hecho fuerte. Ahora solo queda un camino: crecer y crecer.

No existirá ningún obstáculo que los derribe. Mientras tanto, los que se quedaron en el camino permanecerán escondidos, presos del miedo y a merced de cualquier dificultad de la vida, sin saber que dichas dificultades son las que les van hacer fuertes en esta vida.



recursosdeautoayuda.com




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Vivir en números rojos

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"Maldito sea el que inventó los números negativos!!!!!"








Los chinos que siempre han sido muy perspicaces en esto de las matemáticas le dieron el color rojo a los números negativos para diferenciarlos de los positivos. En los tiempos que corren, vivir con el saldo de la cuenta corriente en negativo, en rojo, no es una heroicidad sino más bien una constante. Las bolsas tiritan de miedo y las cifras de paro parece ser que siguen subiendo. Vivir con el aplomo suficiente para sostener la mirada en el rojo es difícil. Y más aún cuando hay seres queridos que dependen de ti. Miramos circunspectos al rojo esperando una señal y manteniendo la esperanza de sobrevivir a este gulag financiero. Otro matemático, John Dalton, descubrió que hay personas que no pueden distinguir el rojo del verde. ¿Habrá pues un color verde esperanza que subyace en lo daltónico? Ser optimistas e intrépidos quizá sea nuestra mejor arma para cambiar ese maldito color rojo.




MANUEL / CUESTA |13.09.2011
elalmeria.es


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Busca primero el Reino de Dios, y todas estas cosas te serán añadidas { Mateo 6:33 }

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Los regalos de cuidados, atención, afecto, aprecio y amor son algunos de los regalos más preciosos que puedes dar, y no cuestan nada.
Cuando conoces a alguien, puedes silenciosamente enviarle una bendición, deseándole felicidad, alegría y dicha. Esta manera de dar silenciosamente es muy poderosa.





"Una mirada radiante alegra el corazón ,

y las buenas noticias renuevan las fuerzas"


Extraído de:

EL SECRETO PARA LOGRAR AMOR Y FELICIDAD.




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martes, 18 de octubre de 2011

"Virginia Felipe Saelices"

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Una Historia de Fe i de Ilusión, llena de Pasión por Vivir.












Virginia Felipe, una bella historia de fe y amor 1/3 Ver vídeo


Cuando, a los nueve meses, Virginia empezó a gatear hacia atrás, sus padres se dieron cuenta de que a la niña le pasaba algo raro. Además, apenas tenía fuerzas para sostenerse. Los médicos creyeron que era una parálisis; le hicieron muchas pruebas, pero no descubrieron lo que tenía. A los cuatro años le diagnosticaron atrofia muscular espinal (AME tipo 2), una enfermedad neuromuscular genética y degenerativa.Virginia Felipe Saelices tiene hoy 28 años y vive en Villacañas (Toledo), el pueblo donde nació, creció y vive su familia. Una familia modesta de nueve hermanos en la que el padre pasó de trabajar en una empresa de construcción a ser propietario de un bar. Virginia se mueve hoy por las calles del pueblo con seguridad en una silla de ruedas eléctrica, estudia primero de Trabajo Social en la UNED, y va y viene a clases a Alcázar de San Juan (Ciudad Real), en tren o coche, una vez a la semana. Hace teatro de aficionados, pinta, da clases a niños y colabora con asociaciones de enfermos de AME. Y se ha casado.


Su historia podía ser una más, una de las muchas de personas admirables que con serias enfermedades o discapacidades físicas salen adelante en la vida en contra de todos los pronósticos, si no fuera porque Virginia es una de las pocas pacientes descritas con atrofia muscular espinal tipo 2 que ha sido madre. La única, que se sepa, en España. Su hija Sofía acaba de cumplir tres años. No resulta fácil asimilarlo a simple vista. Mide 1,40, pesa 30 kilos, y desde bebé no ha dejado la silla de ruedas. Apenas tiene fuerzas para sostener un vaso de agua, si no es de plástico. Tiene la columna vertebral muy torcida (escoliosis paralítica) y está obligada a llevar un corsé que sólo se quita para dormir. Su silla eléctrica lleva cabecero porque casi no tiene fuerza en el cuello.
Su enfermedad -causada por la mutación de un gen-, además de ser progresiva, hoy por hoy no tiene cura. Está provocada por la degeneración neuronal de la médula espinal. El movimiento y el tono muscular quedan afectados; los músculos se atrofian, sobre todo los cercanos al tronco. "Dependiendo de cómo el gen esté afectado produce formas clínicas más o menos severas; cuanto más alterado, la enfermedad es más severa y más precozmente se manifiesta", explica el doctor Antonio Guerrero, neurólogo del hospital Clínico de Madrid. Existen tres tipos de AME infantil (y otra adulta), y Virginia padece el tipo 2, no tan grave como el 1 (los bebés que la sufren suelen morir, por problemas respiratorios, antes de los dos años), ni tan benévola como el tipo 3, que permite hacer una vida casi normal. Pero no todos los pacientes que están en su caso lo viven de igual forma. Hay algunos, pocos, operados de escoliosis, que caminan, trabajan, y aunque tienen escasa fuerza, pueden manejarse con relativa normalidad. No es su situación. Otras personas en su lugar hubieran tirado la toalla, pero Virginia habla de su vida como si se tratara de un cuento. Un cuento ejemplar donde la protagonista, pequeña pero valiente, sale airosa de todas las batallas blandiendo como arma un férreo carácter positivo y la confianza en las personas que la rodean como amuleto contra todos los maleficios.




Virginia Felipe, una bella historia de fe y amor 2/3  Ver vídeo


Posa para las fotos como una actriz de cine, sabiendo cuál es el lado bueno de su cara. Con un aspecto cuidado al máximo, perfectamente maquillada, peinada y con las uñas esculpidas de manicura: "Me las pinto yo, tengo un pulso estupendo y hago los dibujos con un palillo". Ahora es morena, pero en algunas fotos su cabello aparece castaño o casi rubio. Viste a la moda, y sus cortas piernas, rematadas por unos pies casi infantiles, se adornan con unas bailarinas de brillantes colores. "Me encantan los zapatos, tengo muchísimos". Rodeada de personas que la cuidan (marido, padres, hermanas, asistente), Virginia se muestra valiente, imaginativa, extravertida y positiva, muy positiva. Una joven decidida a la que, en su fuero interno, le gustaría ser una chica Almodóvar. Deseo oculto que Hilario, su marido, pone al descubierto y ella rechaza con teatrales gestos. "No, no, eso no lo ponga. Me encanta Almodóvar, ¡ja, ja! No es que quiera ser una chica Almodóvar, aunque no me importaría nada. Yo digo en broma que si Almodóvar me conociera se quedaría conmigo, porque se fija en cosas poco habituales. Lo digo en ese sentido".

Si llegara el caso, no parece que Virginia se acobardaría, porque puede enfrascarse en largos monólogos bien entonados y sin un traspiés. "Es que me encanta hablar, soy muy comunicativa".

bachillerato, y no estudié selectividad porque no pensaba ir a la universidad. Sólo recuerdo haberlo pasado un poco mal cuando hice la Primera Comunión. Era una sensación contradictoria; por un lado quería hacerla, me hacía mucha ilusión vestirme de blanco, hacer una fiesta, tomar la comunión como todos los niños, pero por otro lado sentía vergüenza y le decía a mi madre: 'Cuándo se arrodillen mis compañeros, ¿qué voy a hacer?".

-Y más tarde, cuando las chicas empiezan a ir de discotecas, ¿cómo lo vivió?

-No he tenido ningún problema, porque si mis amigas se iban a bailar, yo también me iba a la discoteca con ellas y llegaba a casa de madrugada. Bailaba con las manos y disfrutaba viéndolas bailar. Y por mi forma de ser, muy extravertida, se me acercaban muchos chicos. Entonces tenía la columna más recta, pero como me dolía tanto el corsé (lloraba porque me hacía heridas), no me lo quería poner y se me fue desviando. Hasta ahora no he querido operarme; esta enfermedad, como es degenerativa, por mucho que te hagan.

-Parece llevarse muy bien con su enfermedad, una enfermedad tan dura.

-Sí, pero para mí no; como no he conocido otra cosa, es normal. No tengo ningún problema psicológico, siempre me he llevado muy bien con mi enfermedad; no he conocido otra vida, y ésta me encanta. Tengo asumido que irá a peor, pero llevo cuatro o cinco años que la veo igual, vivo una etapa bastante estable.
-Pero necesita ayuda permanente; que la vistan, desvistan o acuesten.

-Siempre. Pero ahora, si tengo que ir al médico o a comprar, voy sola con mi silla de ruedas, porque le digo a las dependientas que por favor me ayuden, y me ayudan. Mis amigas venían a buscarme todos los viernes, y cuando no tenía ganas de salir insistían muchísimo. He tenido unas amigas que me han animado y apoyado en todo, me trataban como a una más; siempre con cuidado, pero me he ido con ellas de vacaciones a Valencia, y salíamos de marcha. He hecho de todo.


Virginia Felipe, una bella historia de fe y amor 3/3 Ver vídeo


-¿Se planteaba tener relaciones sexuales, tener hijos?

-Yo pensaba que no iba a poder tener relaciones sexuales. Aunque he conocido a muchos chicos y he ligado con alguno, no pasaba de unos besos. Conocí a Hilario ?que hacía un programa de radio, de poesía y literatura, en Villacañas, que yo escuchaba? un día, de casualidad. Nos encontramos en un pub, hablé con él y nos hicimos amigos. Poco a poco fuimos hablando de cosas que nos interesaban, y al año tuvimos una relación más estrecha. Él me abrió las puertas del mundo. Yo apenas viajaba, mis padres estaban todo el día trabajando, mi madre nunca ha ido de vacaciones. Hilario me llevó a Granada, que era mi sueño. ¡Me encantó la Alhambra! También me llevó, en silla manual, a las cuevas de Valporquero (León), que tienen más de 700 escalones, y me bajó y subió para que las viera?

-Es evidente que es una mujer valiente y optimista, pero la maternidad, en su caso, es algo complicado y peligroso. ¿Cómo la afrontó?

-Yo había soñado muchas veces que tenía un hijo, pero pensaba que no podía ser, aunque en ocasiones decía: ¿quién sabe? Me hacía ilusiones? Le dije a Hilario que mi sueño era tener un hijo. Él sabía que nunca había tenido una relación sexual, y un día me preguntó si quería tener esa experiencia, y le dije que sí. A pesar de mi malformación, con mucho cuidado y amor pude tener relaciones sexuales, y me quedé embarazada rapidísimo. La gente, sobre todo los enfermos de AME, me preguntan siempre si me quedé embarazada de forma natural o por inseminación artificial: pues fue haciendo el amor. Cuando la doctora del hospital de Toledo me dijo, delante de mi madre, que estaba embarazada, le contesté que era imposible porque pensé que mi madre iba a matarme a palos. Así que la mandó salir de la consulta. Tenía 22 años y todavía no estaba casada, fue una escandalera para el pueblo y me criticaron mucho. Yo pensaba: ¡pobre Hilario!, porque la boda vino después, el 23 de abril de 2005, en el IV Centenario del Quijote, porque compartimos con él la idea de pretender cosas imposibles. Fue una boda civil muy bonita.

-¿Qué le dijeron los médicos ante su imposible?

-En el hospital Virgen de la Salud de Toledo, que es donde me han atendido desde pequeña, estudiaron el caso. Había algún precedente en España, pero de AME 3. Me dijeron que en mi situación parece que no ha habido ninguna mujer en España que haya tenido hijos, y me informaron de la posibilidad de abortar, pero no quise porque lo que más deseaba era ser madre. Mi vida corre peligro en cualquier momento y quería asumir el riesgo. Los dos decidimos seguir adelante, teníamos mucha fe. Me imagino que Hilario tendría un poco de miedo, pero me apoyó en todo momento.

-¿Y cómo fue el embarazo y el parto?

-Sinceramente, fue algo prodigioso, como un milagro. No sólo por la enfermedad, sino por mi cuerpo de niña, pero en ningún momento tuve miedo. Siempre he pensado que para Dios, porque soy creyente aunque no practicante, no hay nada imposible, y que con la mente se pueden lograr muchas cosas.

-Pues parece que logró su sueño.

-Todo el embarazo lo pasé en el hospital, porque no sabían lo que podía pasar conmigo. Pero tuve un embarazo estupendo, la espalda no me dolía nada; bueno, con el corsé. Estuve seis meses hospitalizada, y a los siete meses y medio programaron la cesárea, porque en la última semana había engordado 400 gramos, ¡una barbaridad!, y la niña no tenía suficiente espacio para crecer más. Decidieron ponerme anestesia epidural porque con la general me tenían que intubar y no sabían si iba a despertar. Así que, como tengo la espalda tan torcida, me hicieron una radiografía para ver dónde me podían pinchar. Yo veía que los médicos se llevaban las manos a la cabeza, como diciendo: ¡esta muchacha, qué loca está! El día de la cesárea, los médicos, porque estaba lleno de batas verdes, estuvieron más de una hora pinchándome para ponerme la epidural, y ya iban a desistir cuando un anestesista dijo: "Voy a probar por última vez, y si no se puede, la dormimos". Y justo se pudo. Fue un parto de lo más normal, a la hora y media ya estaba Sofía en el mundo. Se la llevaron a la incubadora porque era prematura, le hicieron muchas pruebas, y nada, es una niña de lo más normal. A los 22 días nos dieron el alta, y hasta hoy. Acaba de cumplir tres años. Cuando sea mayor le explicaremos que es portadora de la enfermedad, pero no tendrá problemas.



El milagro de VIRGINIA.




dependientes independientes






Virginia Felipe, con atrofia muscular espinal




Una mujer con una rara enfermedad degenerativa ha logrado tener dos hijos

"El embarazo era un riesgo, pero vivir ya lo es para mí"








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Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

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Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza



Esta conmemoración vuelve la mirada al Cuerno de África y a los 1.400 millones de personas que sufren pobreza extrema


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domingo, 16 de octubre de 2011

SER FELIZ...

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Un gato grande ve cómo un gatito trataba de agarrarse la cola y le pregunta: ¿Por qué lo haces? Y el gatito dijo: "Porque he aprendido que lo mejor es la felicidad y mi cola es la felicidad" Y el gato grande le respondió: "Yo también sé que mi cola es la felicidad, pero me he dado cuenta que cuando la persigo se me escapa y cuando voy haciendo lo que tengo que hacer ella viene detrás de mí por dondequiera que yo vaya" 
CUENTO HINDÚ



entreluces-anita.blogspot.com


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CARTA DE UN DEPORTISTA

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Hoy me han derrotado, hoy me han vencido, hoy me quedo mirando el tablero sabiendo que pude haber dado mas de mi ¿Qué me sucedió? ¿En qué estaba pensando? todo paso en un instante, todo fue tan rápido. Aún puedo recordar esa caída, ese golpe, ese último aliento de esfuerzo que no puede dar.

Esta gran lucha me a traido grandes cosas, valiosas amistades, experiencias inolvidables. Los mejores momentos de mi vida han sucedido en este espacio. Como olvidar todo aquello que he decidido dejar atrás, como olvidar aquellos largos entrenamientos, aquellas series interminables, las lagrimas derramadas en el camino…

No es el momento de rendirme, puedo dar aun mas de mi. He luchado contra lluvia y tiempo, he superado expectativas.

Hoy me han derotado pero no me han vencido. Mañana sera otro día, me levantaré, pelearé, levantaré la mirada y sonreiré, seguiré mi camino, lucharé como siempre lo he hecho, iré a por más.
Si alguien me derrota no caeré, no me rendiré, lucharé aún más. Demostrare de lo que estoy hecho y no me quedaré atrás.

Aún queda mucho por luchar, por demostrar. Seguiré este camino, no me detendré, seguiré corriendo, seguiré luchando, no me cansaré de gritar, de llorar. No dejaré de intentarlo.




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Superación en el deporte.

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Superación en el deporte. Muscia Clint Mansell.






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Un empujoncito




La vida nos lleva de un lado para otro, a pesar de que somos nosotros los que elegimos, nos encontramos con personas, situaciones, cosas, que no habíamos imaginado. Y así pasan los días y nos acostumbramos a lo que hacemos. Con acostumbrarnos me refiero a que no ponemos el mismo empeño que en un principio. Es entonces cuando necesitamos UN EMPUJONCITO. ¡Es curioso! porque ese ánimo que nos revitaliza en un momento determinado se puede presentar de muy diversas maneras: a través de una conversación con un amigo o amiga, escuchando una canción, viendo una película, leyendo un libro o un blog... y cuando sucede te das cuenta. Notas que algo ha cambiado dentro de tí, recobras la fuerza y la ilusión. 

...qué sería de la vida sin esos empujoncitos, que hacen que nos dediquemos mejor a aquello que nos gusta. Que demos más de nosotros mismos, que no nos estanquemos, que veamos con ojos nuevos.







Un empujoncito cuando el camino es penoso
puede ayudarnos a remontar la cuesta.
Una oracioncita en un día gris
puede tornar nuestra amargura en fiesta.
Una alzadita cuando la carga es gravosa
puede ser la fuerza que nos saque adelante.
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