lunes, 24 de octubre de 2011

Prejuzgo, luego soy idiota

.


El prejuicio es un arma de destrucción empleada por personas cuya mente esta vacía de conocimiento y repleta de estupidez.


A diario muchas personas realizan varias veces un acto injusto de forma inconsciente: prejuzgar. No es más que teniendo escasos o ningún dato acerca de una situación establecer un juicio. Por ejemplo, juzgar a una persona sólo por su apariencia, por su raza, por su país o ciudad de origen, etc.
A continuación extraigo una definición de prejuicio, en mi opinión muy acertada, del libro “La Inteligencia Fracasada” de José Antonio Marina.


El prejuicio. Como explicó Gordon Allport, tener un prejuicio es “estar absolutamente seguro de una cosa que no se sabe”Se caracteriza por seleccionar la información de tal manera que el sujeto sólo percibe aquellos datos que corroboran su prejuicio. Un racista sólo recordará del periódico la noticia de un asesinato cometido por un negro, pero olvidará los cometidos por blancos. De esa manera se ha inmunizado contra toda posible crítica. La palabra prejuicio significa al pie de la letra “juzgar anticipadamente un hecho”, es decir, antes de que haya sucedido o antes de conocer realmente lo sucedido. Estos juicios previos se dan en todos los sectores sociales, incluso en aquellos que por vocación y profesión deberían estar exentos. Hace años, dos psicólogos Peters y Ceci, hicieron un escandaloso experimento. Seleccionaron doce artículos publicados en doce famosas revistas de psicología, escritos por miembros de los diez departamentos de psicología más prestigiosos de Estados Unidos. Cambiaron los nombres de los autores por otros inventados, los situaron en universidades imaginarias, como Centro de los Tres Valles para el Potencial Humano, y cosas así, y mandaron los articulo a las mismas revistas que los habían publicado. Sólo tres reconocieron los textos. lo peor es que ocho de los nueve articulo restantes fueron rechazados por las mismas revistas que los habían publicado antes. Los asesores y los editores que los leyeron afirmaron que el articulo no reunía méritos para su publicación (Peters, D.R., y Ceci S.J.) “Peer-review practices of learned journals: the fate of published articles submitted again”. Beharioral and Braid Science, 5, 1982). Esto demuestra que la procedencia del trabajo, la universidad a que pertenecen los investigadores, determina su evaluación, como saben muy bien muchas universidades no anglófonas.

Juzgar no siempre es necesario, prejuzgar jamás lo es. Tú decides.

Prejuzgo, luego soy idiota

por C.S. "Cean" , 15 septiembre 2005

noeresmas.com


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario