martes, 1 de noviembre de 2011

El riesgo de vivir los sueños…

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Una tarde se reunió en un café de París un selecto grupo de críticos de arte para hablar de pintura y pintores, y para decidir a quién iban a consagrar, a quien condenar al olvido eterno, y así, impedir que los que no contaran con su aprobación, se destacaran.



Uno de ellos, el más joven, trajo a cuento el caso de un pintor que había dado algo que hablar por su vida desordenada y su estilo extravagante:


-Es un mediocre - dijo torciendo la boca y agregó - Sólo un mediocre puede pintar más de diez cuadros en una semana.


 - dijo otro - la paciencia es hermana del genio.


Y un tercero acotó:


Es una buena frase, puedes usarla en tu próximo artículo; yo vi a ese que dice llamarse pintor una vez, tenía ojos de miedo, y la cara toda salpicada de pintura roja, como si se hubiera brotado


Todos soltaron la risa, y el más joven retomó la palabra:


Debemos impedir que ese fantoche del arte asome su despeinada cabeza por la medianera de la fama.


Otro de los críticos despectivamente agregó:


-No es necesario atacarlo, es inofensivo, bastará con que lo ignoremos, nadie hablará de él.


Y dieron por terminado el asunto para pasar a temas de verdadero interés.
El pintor del que habían hablado aquella tarde se llamaba Vincent Van Gogh, un artista que llegó a pintar más de 800 cuadros, y sólo pudo vender en sus 37 años de vida, una obra por unas cuantas monedas de poco valor.





REFLEXIÓN :



Ni la indiferencia del mundo, ni la pobreza, ni la enfermedad, ni la crítica pueden hacerle perder la fe a un hombre que con coraje ha decidido soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños. Aprendamos el ejemplo de esta historia.

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