EL MEJOR CIRUJANO

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Un famoso escritor fue invitado una vez por un renombrado médico cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar. 

Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. 

Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras oraba en su interior). 

Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios, se veían tranquilas. 

Mucho tiempo después, el escritor expresó su sorpresa de que un médico cirujano orase. 

Dijo: 

- Yo creía que un médico cirujano confiaba en su propia capacidad. 

El médico cirujano le contestó: 

- Un médico cirujano es solamente un hombre. 


No puede hacer milagros por sí mismo. 


Estoy seguro que la ciencia no hubiera avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el sólo hombre. 


Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la de Él. 

Son muchas las personas que piensan que tener el conocimiento y la formación necesaria, es suficiente para enfrentarse a la vida, pero en realidad lo importante no es tener conocimiento o inteligencia, sino tener sabiduría.

Y sabiduría es ver las cosas como Dios las ve y vivir de acuerdo a ello.

“Un espíritu de verdadera humildad es indispensable para evitar las trampas del orgullo y de la soberbia. Estas cosas sólo traen graves problemas, ya que nos llevan a cometer errores que quizás jamás podremos solucionar y nos dejarán marcados para siempre, con un profundo dolor”

ORACIÓN:

Ayúdame Señor de mi vida, a que no sea en vano mi paso por este mundo.

Ayúdame Señor de mis días, a que no sea un castigo para mi prójimo.

Ayúdame Señor de mis horas, a que no esté atado a mi propio yo.

Ayúdame Señor de mi alma, a que no esté ausente allí donde me necesitan. 




El mejor médico, el mejor abogado, el mejor ingeniero… en fin… el mejor especialista es Dios.  Confiemos en Él .




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