domingo, 18 de septiembre de 2011

¡A mover el timón!

.




Navego por la bahía de Valparaíso en una embarcación para 20 pasajeros. Es un lindo recorrido por las naves atracadas: buques de guerra, grandes transportes de contenedores (containers), algún trasatlántico repleto de turistas que bajarán unas pocas horas para sacarse fotos y contar que estuvieron allí.

Quien conduce la embarcación -¿Se llama Capitán también?- debe navegar en dirección opuesta para retornar. Es decir, tiene que hacer un giro de 180º. ¿Lo hace con un solo y limpio movimiento, moviendo el timón de un extremo a otro? ¡Claro que no! Seguramente el bote se volcaría. ¡Menos mal! Nunca aprendí a nadar.

Para cumplir este objetivo, da pequeños movimientos al timón, digamos de 5º o menos. Avanza un poco y vuelve a girar levemente el timón manejado desde la caña –que muchos llaman erróneamente timón.

Con una suma de pequeñas modificaciones, logra navegar en dirección opuesta.

Lo mismo tienes que hacer en tu vida. Si quieres tener más felicidad, éxito, salud..., o quieres cambiar de rumbo, tienes que hacer un movimiento de timón. No puedes obtener algo distinto si sigues haciendo lo mismo, si continúas con tu rutina, con tu misma manera de pensar y sentir, con iguales esquemas mentales. Tienes que hacer cambios si quieres llegar a un futuro diferente.

Afortunadamente no tienes que realizar grandes y profundos cambios para alterar el rumbo de tu vida. Basta que hagas pequeñas modificaciones hacia la meta que quieres lograr. Leves movimientos cada día, realizados en forma constante y perseverante, producirán profundos cambios en tu vida.

Obtener una calificación dos veces superior a la actual en tus estudios, o ganar tres veces tu sueldo actual, no significa que tienes que esforzarte el doble o el triple. Basta hacer pequeños esfuerzos adicionales cada día, siempre dirigidos a donde indica tu brújula, a donde están tus metas.


Autor: Sergio Valdivia
serfeliz.net


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario