martes, 9 de febrero de 2010

Dios vuelve en una Harley


"Una magnifica historia que nos hace sentir vivos y libres"



Dios ha vuelto a la tierra para entregarnos unas simples reglas de vida, acordes con nuestro tiempo. Aunque vista con chupa de cuero y cabalgue en una Harley Davidson, en los ojos de Dios está la sabiduría y en sus palabras sencillas descubrimos lo que siempre habíamos sospechado: el camino hacia la felicidad empieza y acaba en nosotros mismos, y sólo desde la aceptación de nuestro ser más íntimo seremos capaces de amar y dar sin perdernos en el laberinto de los deseos frustrados.


Joan Brady nos propone en su novela una nueva vía hacia la espiritualidad, donde el saber se reencuentra felizmente con la ternura y el amor.



















Exprime la vida



Motivos y Motivaciones:


EXPRIME LA VIDA...


Porque la vida son momentos que alimentan nuestra alma.

Porque cada día es único e irrepetible.


Porque hay pequeños momentos que se convierten en grandes momentos.


Porque hay vida más allá de nuestro ombligo.


Porque hay que aprender a relativizar los problemas.


Porque cada día es una oportunidad nueva para superarnos, para ser felices.


Porque las verdaderas amistades son tesoros de valor incalculable.


Porque a veces, toda esa nada, puede significar más que muchos algos.


Porque el Sol sale todos los días.


Porque no sabes hasta cuando estarás aquí.


Porque no sabes hasta cuando él o ella estará junto a ti.


Porque nuestra mente es la mejor caja fuerte.


Porque los niños son la sal de la tierra.


Porque la imaginación es la mejor agencia de viajes.


Porque amar, y poder ser amado, es el mejor regalo.


Porque entre nosotros hay muchos "santos".


Porque echar de menos a alguien, es sano.


Porque hay que correr bajo la lluvia de vez en cuando.


Porque una copa al año no hace daño.


Porque reír, cantar, bailar, gritar, son signos de vitalidad.


Porque el corazón es un músculo sano y fuerte.


Porque muchas veces, una mirada lo es todo.


Porque la vida es un regalo divino que hay que aprovechar.


Porque soñar es gratis y vivir es obligatorio. Vive tu sueño.


Porque la vida es como un partido a tiempo corrido.


Porque habrá muchos malos momentos, pero seguro, que muchos más buenos.


Porque saber vivir es un arte, y aprender a vivir, el pan de cada día.


Porque los ojos son el espejo del alma.


Por todo esto y por cientos de cosas más, solo te digo:

No te rindas, lucha por lo que sueñas, vive la vida, disfruta de lo que te rodea, y ama, ama hasta que duela. Porque eso, es signo de que estás vivo.

[Almudena Abolafia Cabrera, Madrid.]




Nueve Rosas para el Alma




Nueve Rosas para el Alma, es una novena “diferente” que tambien quería compartir contigo, para que durante estos nueve días nos sirva de guia en la oración, la meditación y para que nuestra Alma se encuentre mas cerquita de Dios.

Imaginemos ofrecer una rosa a nuestro amado Jesús, cada día por una intención diferente, formando así, el mas hermoso ramo de oraciones, Palabra, sacrificios y meditaciones.

Como Santa Teresita nos dice:

“Toda mi fuerza se encuentra en la oración y en el sacrificio; esas son las armas invencibles que Jesús me ha dado, y logran mover los corazones mucho más que las palabras.”



jueves, 4 de febrero de 2010

DEJAR HUELLA



Al llegar al final de nuestra vida, todos quisiéramos poder mirar hacia atrás y decir que hemos hecho bien las cosas. Y todos guardamos, en lo más hondo de nuestro ser, la necesidad de dejar algo de nuestra persona en el mundo, el deseo de perpetuarnos, tal vez a través de unos hijos, o quizá habiendo hecho grandes cosas que pasen a la Historia. Aquel dicho famoso de que toda persona, a lo largo de su existencia, tiene al menos que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, encierra esta verdad de nuestra naturaleza humana. En cualquier caso, casi siempre que se nos viene esta idea a la cabeza, pensamos en grandes hazañas, o al menos en cosas de relativa importancia, que se salgan de lo normal. Si no, pensamos, no habremos dejado huella.
Sin embargo, pocas veces nos damos cuenta de que muchos pequeños detalles de nuestra vida cotidiana pueden dejar mucha huella en el futuro. Nuestra caridad hacia el prójimo, los momentos que compartimos con quienes necesitan una palabra de apoyo y consuelo, cuando estudiamos para ser buenos profesionales, cuando decidimos dedicar nuestro tiempo gratuitamente a los demás… tantas y tantas cosas que pasan desapercibidas aparentemente, pero que pueden tener muchísima importancia para las personas con las que nos cruzamos en la vida. Se trata, en suma, de una actitud permanente que nos convierte en buenas personas. Es lo que, en términos evangélicos, llamaríamos “dar buen fruto”.


DEJAR HUELLA
rocaescalante.blogspot.com




Oración de una madre



Oh mi amado y buen Jesús, apenas me queda tiempo para Ti. ¿Puede ser? ¡Que vergüenza! Un día y otro ando desquiciada en mil afanes, segura de poder solucionarlo todo, de llegar a todo. Sí, Tú eres Dios, mi alegría y mi descanso, Y Te quiero. Pero dime, si yo fallo, ¿Quién hará las cosas? Ya ves mi casa, entre el ajetreo de los niños y sus estudios, entre la compra, las comidas y el polvo de las estanterías. Y atender a mis padres -tan mayores ya-, y a mis hermanos, sobrinos y demás parientes. ¿Mi marido? No creas que se me olvida. Ya sé que quieres que le atienda con más mimo, que cuide de su alma, que tenga paciencia. Pero ayúdame con él, Jesús mío, porque es como si siempre quisiera llevarme la contraria. ¿O sólo me lo parece a mí?

Es una de las peticiones que quiero hacerte. Darme sin resquicios a mi marido Ttengo que ser más afectuosa), darme sin nervios a mis hijos, darme por entero a todos los que llevo en mi corazón. Pero quisiera hacerlo con un cariño más profundo, más delicado, más sosegado y, sobre todo, más sobrenatural. Porque la vida, mi vida, va a tal velocidad, que me precipito en mil vértigos. Es como si me faltara el aire, el oxígeno de Tu paz. Sé que pierdo el resuello mil veces en naderías, sin darme tiempo a tocar con mis manos apresuradas la eternidad de Tu Providencia. Ya me ves ahora, cabizbaja y agotada, ante Ti… No ando muy bien de esperanza Jesús mío, de confianza en tu divino proceder. Lo reconozco, y Te lo digo. Ayúdame a ser más tuya. Quisiera arrodillarme durante el día en todo lo que hago, que no hubiera gesto ni palabra que no sea para Ti; para ver en cada una de mis tareas una pequeña parte de esa cotidiana liturgia que desemboca en tu amor omnipotente.

Jesús, que no se apodere de mí nunca más el grito o la exasperación, el enfado o el zaherimiento. Y como no soy indispensable -aunque a veces lo piense- Te ofrezco desde ahora todo lo que soy. Toma mi corazón, mi boca y mis manos, toma mi carácter y mis nervios, toma mis prisas y mi impaciencia, y sé Tú su latido, su palabra, su mansedumbre y su ternura. Que se note el cambio, la conversión de mi conducta. Y que cada sonrisa, o lágrima, sea un acto de piedad en toda regla. Un signo más de Tu presencia en mi vida. Te lo ofrezco todo mi Jesús, hasta a mis hijos. Tómalos para Ti, para Tu gloria. Transforma también mi matrimonio en una continua revelación de alegría -sin discordias o estériles discusiones-, en un aluvión de bienaventuranzas que sirva para que las almas de los que nos conozcan se acerquen más a Ti.

Y una última cosa Jesús mío, que sabes que me cuesta especialmente. No dejes que piense que tengo siempre la razón. Aunque la tuviera. Con Tu ayuda quiero aprender el difícil arte de saber callarme a tiempo. Haciendo de ese silencio -¡Cómo cuesta!- oración. A ejemplo de María, Madre de todas las madres. Así sea.