lunes, 21 de diciembre de 2009

ORACIÓN AL NIÑO DE BELÉN DE JUAN XXIII

Al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor (...). ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?
(San León Magno, Sermón 1, en la Natividad Señor).






Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad.
Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar.
Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.
Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y tu pureza.
Despierta en su corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad.
Únelos en tu caridad.
Y danos a todos tu celeste paz.

Amén




lunes, 14 de diciembre de 2009

NAVIDAD NO ES UN CUENTO




Se dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta. Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.

-Acércate -le dijo Jesús- ¿Por qué tienes miedo?

-No me atrevo… no tengo nada para darte.

-Me gustaría que me des un regalo -dijo el recién nacido.

El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:

-De verdad no tengo nada… nada es mío; si tuviera algo, algo mío, te lo daría… mira.

Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.

-Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy…

-No -contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos.

-Con gusto -dijo el muchacho- pero ¿Qué?

-Ofréceme el último de tus dibujos.





El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:

-No puedo… mi dibujo es «remalo»… ¡Nadie quiere mirarlo…!

-Justamente, por eso yo lo quiero… siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.

-Pero… ¡Lo rompí esta mañana! - tartamudeó el chico.

-Por eso lo quiero… Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo…

-Y ahora - insistió Jesús- repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato.


El rostro del muchacho se ensombreció; bajó la cabeza avergonzado y,
tristemente, murmuró:


-Les mentí… Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto… ¡Estaba enojado y lo tiré con rabia!

-Eso es lo que quería oírte decir -dijo Jesús- Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías y tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas… No tienes necesidad de guardarlas… Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas. A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa.







jueves, 10 de diciembre de 2009

Historia de la Flor de Nochebuena



"Jamás debes perder tu esencia, sea esta apreciada o pase desapercibida"





¿Cómo se tiñó de rojo la flor de la Nochebuena?



En un principio esta flor no era tan apreciada, a pesar de todo el amor que daba, hasta que Dios le ayudó a convertirse en el símbolo del renacimiento del amor y la esperanza









Hace algún tiempo un ser muy especial de mucha sabiduría y amor me contó esta bella historia al cuestionarle acerca del significado de la Flor de Nochebuena:


"Cuando Dios creó la naturaleza en la Madre Tierra, les pidió a las plantas que crearan sus mejores flores para entregar al mundo y que cada una seleccionara las estaciones del año para su nacimiento. También que siempre dieran a todo aquel que las tomara en sus manos y en su vida, todo lo mejor de ellas: belleza, amor, armonía y sabiduría.

"Cierto día Dios vio que una planta que desde el momento de su nacimiento daba todo lo más sagrado que se encontraba en su esencia con el fin de ser elegida por los humanos para llevar a sus vidas la belleza, amor, armonía y sabiduría que su creador le había entregado como misión.

"Pero por más que se esforzaba por ser elegida, nadie se paraba ante ella para admirarla. Nadie la apreciaba, pues su flor era muy pequeña y sus hojas muy grandes.

"Esto la entristecía, sin embargo siempre entregaba su energía más pura y luchaba por ser feliz, aun cuando ningún hermano la quería...





"Dios al ver esto fue hasta la planta y le dijo:

'Veo que eres una planta muy hermosa y que realizas tu misión con mucho amor, aun cuando tu belleza no es valorada y eso te entristece; sin embargo luchas por ser feliz hasta lograrlo dando tu amor incondicional a tus hermanos pues sabes que lo necesitan.

'Por eso te doy mi sangre, esencia pura, y la deposito en tus hojas transformándolas en el rojo más hermoso, y convirtiéndote, por tu amor y sabiduría, en la flor más bella en la época más importante de esta Tierra.

'Tú serás la representante del amor y la esencia divina del universo".



Desde aquel momento la planta de flor pequeña y grandes hojas se transformó en la bella Flor de Nochebuena, con lo que se convirtió también en la más representativa del renacimiento del amor y la esperanza en este planeta y en todo el universo.

Ahora es acogida por los humanos cada año en sus hogares, con lo que se logra que esta flor hermosa cumpla con la tarea de traer belleza, amor, sabiduría y armonía a las vidas de todas las personas de la Tierra.



Así, la Flor de Nochebuena cumple con la misión que Dios dejó con su sangre en sus hojas: dar amor y esperanza para todos los seres.




Historia de la flor de nochebuena

sabiduriadelcorazon.org



♫ FELIZ NAVIDAD ♫




martes, 8 de diciembre de 2009

martes, 1 de diciembre de 2009

CARTA DE JESUS PARA TI EN ESTA NAVIDAD






Como bien sabes, amigo mío, yo pedía muy pocas cosas en mi vida.

Pedí una posada, antes de nacer, pensando sobre todo en mi madre. Pedí a Zaqueo que me alojara en su casa, y a otro buen amigo el salón para celebrar la Pascua. Pedí un par de veces agua para beber.

¡Ah!, y también pedí un burrito para hacer mi entrada triunfal en Jerusalén, y así no dejar mal al profeta Zacarías.

No me interesaban las cosas. Me interesaban las personas. Me interesaba, sobre todo, la amistad. No me cansaba de pedir amigos: amigos que me siguieran, que se unieran a mi causa, que estuvieran conmigo, que continuaran mi tarea.

Mi tarea de hoy va en la misma línea. No os voy a pedir ayuda material, aunque también la necesito para mis pobres. Tampoco os voy a pedir que dejéis a vuestra familia y vuestros estudios, aunque a alguno se lo seguiré pidiendo.

Mi petición va dirigida a todos y está al alcance de todos.

Mirad, tengo unas ganas tremendas de seguir "haciendo el bien", pues veo a tanta gente triste y necesitada.

Me muero de pena al ver que muchos niños no sonríen y mueren prematuramente.

No puedo soportar la imagen del joven que camina a la deriva, que quema su vida con cualquier tipo de droga y se hunde en el infierno del vacío y de la desesperación.

Me entristece la estampa del viejo, al que nadie quiere y parece estorbar en todas las partes.

Cada matrimonio que se rompe es una cuchillada a mi corazón. No digamos otro tipo de violencias y de guerras.

Me indigna el que unos se aprovechen de los otros, que siga habiendo personas y pueblos sin libertad y sin dignidad.

En fin, no voy a repetir aquí lo que bien sabéis vosotros.

Y lo que os pido, lo que te pido, es que me prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando.

Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tantos desvalidos y para correr detrás de los que se descarrían.

Te pido tus labios, para besar a tantos niños y a tantos hambrientos de amor.

Te pido tu lengua, para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar a los hipócritas y opresores.

Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.

Te pido tu rostro, para sonreír a cada uno, para sonreír a pesar de todo, para iluminar todas las situaciones con mirada de gracia, de paz y de alegría.

Estáis tan nerviosos y preocupados, que lo llenáis todo de angustia. Te pido en fin, tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.

Si me los prestas, no hace falta que te desprendas de ellos. Es muy sencillo: utilizados tú como si fuesen míos, como si ahora te los prestara yo. Haz tú con ellos lo que estoy deseando hacer yo.

Sonríe, pues, aunque no tengas ganas de hacerlo, pero sabiendo que yo lo quiero.

Comparte, aunque te cueste, pero piensa que yo lo haría.

Te infundiré mi Espíritu, para actuar yo desde tú mismo. Te enseñaré el modo y la manera, te daré la fuerza y la capacidad. Yo me prolongaré en ti. Tú serás mi instrumento. Tú y yo seremos, te lo aseguro, un Dios para el hermano.

Te lo pido por el amor del Padre, por el dolor de los inocentes, por todo lo que más quieras. En espera de tu respuesta positiva, te mando un abrazo.

Jesús